¿Cómo estudio la Biblia? | Guía práctica

La importancia de la Palabra  

Todos nos hemos hecho esta pregunta en algún punto de nuestra vida cristiana, “¿Cómo puedo estudiar la Biblia?” Sabemos que la única manera de conocer a Dios es por medio de la Palabra escrita que él nos dejó. Es verdaderamente el regalo más precioso que pudimos recibir de parte de Dios. Sólo piensa por un momento en todas las cosas que nos perderíamos si no tuviéramos ese precioso libro. Por ejemplo, sin la Biblia no sabríamos que Dios nos ama; no tendríamos acceso a sus emociones y afectos. Tampoco sabríamos que después de la muerte hay esperanza y vida eterna cerca de un Dios que es hermoso y glorioso. ¡Oh, la Palabra de Dios! Es el libro más importante que ha existido y que jamás existirá, porque su Palabra “nunca dejará de ser”.

Mi historia

Cuando tenía 8 años de edad, mi papá me introdujo al estudio de la Palabra al comprarme un par de comentarios y un cuaderno de notas para escribir las cosas que “Dios me estaba diciendo”. Estoy muy agradecido por este valor que Dios me dio acerca de Su Palabra por medio de mis padres. La combinación de las historias bíblicas nocturnas de mi mamá antes de ir a dormir, junto con el ejemplo de un papá que le encantaba leer comentarios bíblicos, crearon en mi corazón un hambre por conocer a Dios más por medio de la Palabra y, para ser honesto, un deseo de enseñarla y predicarla. Ese fue uno de mis sueños desde que era niño, poder enseñarle a mucha gente acerca de Jesús y la Biblia. Nunca me imaginé que este sería un sueño plantado por Dios, y que esta sería mi profesión de tiempo completo.

Por eso quiero animarte a que si tienes este deseo de estudiar la Palabra y profundizar en ella, ¡no te des por vencido! Estoy seguro que ese deseo lo puso el Espíritu Santo dentro de ti. Pablo dijo en Filipenses 2:16 que era “Dios quien produce en nosotros así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Tal vez este es el año en que tienes que definir qué quieres hacer con este deseo de ir más profundo en Dios, y comenzar un plan para llevar tu entendimiento de la Palabra a otro nivel.

La pregunta del millón de dólares

En mis 20 años de ministerio, la pregunta que la mayoría me hace, ya sean niños, adolescentes o adultos de todas las edades, es la misma: “Benji, quiero aprender la Palabra de Dios, pero ¿por dónde empiezo?”. Entiendo que esta pregunta puede ser abrumante y, casi siempre, es esto lo que te detiene para nunca comenzar. El problema no es el método en sí, sino la perspectiva que tengas desde el principio. El método y el plan es lo de menos (pero aun así, te daré un plan práctico más adelante).

Tienes que saber que tu perspectiva inicial es clave para tener longevidad en tu estudio Bíblico. ¿a qué me refiero con esto? Déjame explicarte. Existen tres metas que debes tener:

• Corto plazo (cada día/cada semana)
• Mediano plazo (3-6 meses)
• Largo plazo (1-5 años)

Comienza con la perspectiva correcta

Primero hablemos de algunos de los errores que podemos cometer en nuestro intento de estudiar la Palabra.

Muchas veces queremos aprender todo el Nuevo o Antiguo Testamento como nuestra meta inicial. Esto te va a desanimar porque la verdad es que ¡nadie puede entender esto en un par de meses! Esa es una meta a largo plazo, pero no puede ser tu meta inicial.

Otro error que muchos cometen es sólo enfocarse en el “hoy”. Todos hemos tenido ese impulso de querer empezar a comernos la Biblia una hora después de esa conferencia que transformó nuestra vida. La intención es hermosa, y no estoy negando que el Espíritu Santo realmente te tocó en esa conferencia o llamado al altar; el problema es cuando no tienes un plan o la disciplina para poner en práctica esa flama que el Señor encendió. Sin un plan, la llama se va a apagar.

La clave para comenzar es enfocarte en la meta a mediano plazo. Generalmente 3 a 6 meses es lo que puedes controlar y medir de una manera práctica. Tu meta a mediano plazo va a definir tu caminar a corto plazo y, finalmente, se reflejará de manera natural en tu resultado a largo plazo.
Una vez que tienes la perspectiva correcta, entonces podrás establecer expectativas reales que van a poder cumplirse con resultados tangibles. Nos desanimamos cuando nuestras expectativas son altas (irreales) y nuestros resultados son intangibles.

Comienza tu estrategia

Como ya te dije, la clave está en concentrarnos en la meta a mediano plazo. Pero quiero darte ejemplos de cada una de estas categorías:

Corto plazo: La estrategia práctica de cómo vas a estudiar la Palabra. Esto incluye el tipo de cuaderno que vas a comprar para tomar notas; la versión (o versiones) de la Biblia que vas a leer; los comentarios que vas a comprar y usar; si vas a usar papel y pluma o computadora; el horario que vas a elegir; el lugar en donde vas a estudiar; etc, etc. Como sabrás, si no está escrito en tu horario, entonces es probable que no va a suceder.

Mediano plazo: El libro o tema (que no recomiendo, y explicaré porqué) que quieres estudiar. Por ejemplo estudiar y entender la 1 epístola de Juan, o entender el libro de Romanos. La lista es infinita, pero envuelve un tema que tenga un enfoque en específico.

Largo plazo: Aquí quieres enfocarte en el carácter que quieres ver en tu vida. Esta meta se va a determinar por la disciplina que tengas en tu meta de corto y mediano plazo.
Ahora voy a darte 6 pasos que me han ayudado a estudiar la Biblia en los últimos 10 años. Espero que te sirvan, así que aquí vamos:

Paso #1: Define tu meta a mediano plazo. La primera pregunta que tienes que hacerle al Señor en oración es, “Señor, ¿qué libro de la Biblia quieres usar para hablarme? ¿Qué parte de tu corazón quieres enseñarme?” Una vez que tomes un tiempo de oración, escribe las impresiones que el Espíritu Santo te da. Muchas veces el Señor me da libros de la Biblia, otras veces me dice frases específicas. Quiero animarte que cualquiera que sea el caso, comiences estudiando libro por libro de la Biblia, no sólo un tema. Cuando estudiamos por tema, podemos sacar de contexto las palabras de la Biblia. Pero cuando vamos libro por libro, crecemos en profundidad y entendimiento de la narrativa total de toda la Palabra de Dios. Los que me conocen saben que la palabra “contexto” se repite mucho en mis mensajes, y la razón es porque tener el contexto de cada libro marca una diferencia tremenda en tu comprensión de la Biblia, y en tu interpretación personal del texto. Así que una vez que tienes definida tu meta comienza la diversión. Vamos a suponer que tu meta de 3-6 meses es entender 1 de Juan.

Paso #2: Calendariza tu lectura bíblica diaria. Aquí es donde comienza tu plan a corto plazo. Necesitas escribir en tu horario diario y semanal del tiempo que le vas a dedicar a leer 1 de Juan. No leas comentarios, no veas videos de YouTube, simplemente lee la carta de Juan una y otra vez. Ya que este es un libro que sólo tiene 5 capítulos, tal vez puedes leerlo una o dos veces por día, dependiendo tu horario.

Paso #3: Escribe preguntas. Aquí es donde comienza la parte divertida (y adictiva). Compra un buen cuaderno y una buena pluma para tenerlas a tu lado mientras estás en la etapa de leer 1 de Juan. Te animo a invertir un poco de dinero en esto. No utilices la servilleta que te encontraste, o una hoja reciclada. Eso no tiene valor a largo plazo. No, invierte en esto, créeme que va a hacer una gran diferencia en tu subconsciente. Comienza a leer, y si te viene una duda o pregunta acerca de lo que Juan estaba escribiendo, detente y escribe la pregunta. No trates de buscar una respuesta en internet o comentarios; simplemente escríbela. Más adelante se va a convertir en un tema de conversación con el Espíritu Santo. En realidad, estás creando una lista de oración basada en la Palabra, y no solamente en una necesidad personal. Mantén ese cuaderno contigo ya que después lo utilizarás y será un parte crucial para tu crecimiento espiritual.

Paso #4: Estudia el contexto histórico del libro. Después de que ya te familiarizaste con 1 de Juan, después de haberla leído varias veces y varios días, ahora sí, es tiempo de investigar la historia detrás de la carta. Es importante que no leas artículos de gente que está predicando acerca de 1 de Juan. No estás buscando conclusiones ni aplicaciones de esta carta; estás buscando contexto. Así que cuando estés en esta etapa, tal vez estas preguntas te ayuden:

- ¿En qué año fue escrito este libro?
- ¿En qué lugar geográfico se encontraba el autor (Juan)?
- ¿Quién era su audiencia? (a quién estaba dirigido)
- ¿En qué lugar geográfico se encontraba la audiencia (la iglesia de Éfeso)?
- ¿Cuál era la situación política de la ciudad de la audiencia? ¿estaban siendo oprimidos? ¿Por quién? ¿Estaban cautivos?
- ¿Cuál era la situación económica de la audiencia?
- ¿Quién era el líder político o rey de ese tiempo?
- ¿Cómo estaba su caminar con Dios?
-¿Cuáles eran las naciones enemigas de Isral en ese momento?

Todas estas preguntas son ejemplos de cómo podemos comenzar a construir un contexto real del libro. Esto parece tedioso, pero vas a descubrir que va a tomarte un buen tiempo y lo vas a disfrutar. Tu cultura va a aumentar y de la misma manera tu capacidad de comprender y recibir revelación profética para tu vida y la vida de otros va a incrementar. Muchos se saltan este paso y terminan con un estudio superficial de la palabra de Dios, sujeta a su imaginación o sentimientos, o interpretación personal.

Paso #5: Hazle preguntas al Espíritu Santo. 

• Una vez que tengas esta información, comienza a ir capítulo por capítulo del libro (en este caso 1 de Juan) y, con tu libro de notas a la mano, hazle preguntas al Espíritu santo acerca del autor del libro. Ahora ya sabes que este libro lo escribió el apóstol Juan después de regresar de la isla de Patmos. Esto quiere decir que Juan ya había escrito Apocalipsis, así que su perspectiva y tono es de un anciano de 90 años que ya vio el fin de la era. Estoy seguro que Juan tenía una urgencia que nosotros no tenemos y no quería perder el tiempo en esta carta. “Señor, ¿qué es lo que Juan estaba intentando decir? ¿Cuál era la urgencia de su corazón? Escribe lo que el Espíritu te hable.
• Ahora comienza a preguntarle al Señor acerca de la audiencia. “Señor, ¿cuál era la condición de la iglesia en Éfeso en ese tiempo? Escribe lo que el Señor te hable. Tal vez en este paso te comiences a identificar con la audiencia o con el autor. 
• Pregúntale al Señor acerca de Su intención en esta carta relacionada con el autor y la audiencia. “Señor, ¿cuál era tu corazón para la audiencia con esta carta? ¿Estabas enojado, o estabas gozoso por su condición? ¿Qué querías enseñarle a Juan acerca de tu carácter?. Etc…
• Por último, pregúntale al Señor acerca de ti. Esta es mi parte favorita. Queremos preguntarle al Señor preguntas directas y personales. “Señor, habiendo visto todo esto, ¿Qué me quieres decir a mi? ¿Cuál es la condición de mi corazón? ¿Quieres que me arrepienta en un área en específico? ¿Me estás llevando a tomar una decisión o dirección en específico en mi vida?, ¿Qué similitudes hay en mi vida con los Efesios? etc,.

Como verás, tu estudio de la Palabra va a crecer sólo si lo combinas con una vida de oración constante.

Paso #6: Transforma tus notas en intercesión. Ahora quiero que mires tu cuaderno y aprecies las cientos de palabras que has escrito en un par de semanas. ¡Lo lograste! Ahora puedes decir que has formado un diálogo extenso y muy significativo con el Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Ahora tienes preguntas y respuestas dirigidas por el Espíritu Santo. Ahora tienes el libro de oraciones más poderoso que puedas tener. Cuando la Palabra escrita se combina con la palabra viva (revelación del Espíritu) y la transformas en oración e intercesión, es una bomba espiritual tremenda.

Toma tu calendario y separa algunos días para orar conforme a lo que has escrito. Vas a darte cuenta que si sigues este patrón de estudio, tu corazón va a crecer, tu entendimiento también, pero sobre todo tu relación con el Señor va a aumentar exponencialmente.

Conclusión

Todos podemos estudiar y entender la Biblia, todo depende de cuánto tiempo estás dispuesto a invertir en esto. Mi oración al Señor es que se levante un grupo de gente dentro de la iglesia que comienza a buscar al Señor de una manera más seria. En los últimos tiempos Jesús nos advirtió que se levantarían muchos engañadores y falsos maestros. El plan de Satanás son falsos maestros; el plan de nuestro Dios son maestros ungidos, una iglesia con entendimiento. Mi anhelo es que Dios levante a aquellos hombres y mujeres ungidas que pueden defender la Verdad con entendimiento y con revelación, y con una vida de décadas de intercesión como respaldo. Verdaderamente esta es una de las necesidades más grandes en el cuerpo de Cristo en este tiempo. Y oro que este año 2018 sea un año en donde puedes encontrar un ritmo práctico para profundizar en este bendito libro.